Posiblemente estemos ante una generación de futbolistas irrepetible, será muy difícil que vuelva a haber tanto talento junto en ese equipo. Y no, no me estoy refiriendo a la Roja, hablo de la increíble selección belga.
Una selección belga que lleva desde el Mundial de 2002 de Corea y Japón sin jugar ninguna fase final. Dato, que salvo sorpresa mayúscula, se romperá pronto, ya que está a punto de conseguir la clasificación para el Mundial de Brasil 2014. Bélgica es primera de su grupo con 22 puntos de 24 posibles y con una distancia de 5 puntos sobre la segunda del grupo a falta de 6 por jugarse. Con siete victorias y un empate está invicta en su difícil grupo en el que ha tenido que jugar contra buenas selecciones como Croacia o Serbia y otras que siempre son duras en su campo como Gales o Escocia.
El gran rendimiento de esta selección con tan poca tradición histórica hay que buscarlo en sus individualidades. La mayor parte de sus jugadores están en un gran estado de forma y ya son piezas fundamentales de varios de los principales equipos del viejo continente. La plantilla de Bélgica es amplia y permite al seleccionador no tener un once fijo e ir alternando múltiples variables, es la ventaja de un equipo en el que están prácticamente doblados todos los puestos por jugadores de calidad que hacen que el equipo no pierda nivel al manejar dichas variables.
Empezando desde atrás, Bélgica tiene como porteros a Courtois y a Mignolet, 21 y 24 años respectivamente. Dos guardametas titulares indiscutibles en sus equipos y que ofrecen una garantía bajo palos a esta selección. Hay que recordar que Courtois ha sido el Zamora de la temporada pasada en La Liga y esto también se demuestra en la selección, donde sólo ha encajado dos goles en los ocho partidos de clasificación.
La línea más floja del equipo es, sin duda, la defensa, donde no existe ningún lateral de garantías y por ello, el seleccionador belga opta por jugador con una linea de cuatro compuesta por cuatro centrales. En los laterales habitualmente juegan Alderweireld (recientemente fichado por el At. de Madrid) y Vertonghen, jugador que hizo una excepcional temporada el año pasado en su estreno en el Tottenham, y que cuenta con una excelente salida de balón. Jugar sin laterales puros tiene serias implicaciones tanto ofensivas como defensivas. En el apartado defensivo estos jugadores sufren cuando se tienen que lateralizar en banda y en el uno contra uno alejados de su área pero, donde existen las mayores dificultades, es a la hora de incorporarse al ataque. Son contadas las ocasiones en las que se atreven a hacer, junto al extremo, dos contra uno en banda y completamente inusual ver a un lateral de la selección belga ganar linea de fondo. Esta carencia ofensiva quita mucha profundidad al equipo en ataques estáticos y obliga a los extremos a mantenerse abiertos para no colapsar el medio.
La pareja de centrales titular es Kompany-Vermaelen (capitanes de Manchester City y Arsenal), una pareja sólida y con pocos errores, no muy buena en el aspecto técnico y que últimamente no han podido jugar juntos a causa de las lesiones de uno y otro. Sus sustitutos habituales son el central del Zenit Lombaerts y el veteranísimo Van Buyten. Ambos reservas no se caracterizan por su rapidez y esto conlleva a que en ocasiones la defensa belga conceda más ocasiones de las habituales.
En el centro del campo, nos encontramos con algo atípico, dos jugadores muy altos, dotados de una gran técnica y que se encuentran cómodos en el juego corto y combinativo, hablamos de Fellaini y Witsel. El acompañante para ambos en el sistema 1-4-3-3, habitualmente usado, puede ser Dembelé, Defour o De Bruyne. Defour apenas ha contado de inicio para el técnico, y por tanto, lo normal es que juegue De Bruyne de interior o bien, si el seleccionador decide escorar a éste a banda, juegue Dembelé en busca de un rol de mayor trabajo y despliegue físico. Otra variante usada en algunos partidos ha sido juntar a De Bruyne al lado de Dembelé dejando en el banquillo a Fellaini. El que apenas ha rotado ha sido Witsel, jugador fundamental para el juego belga y que lleva el control del equipo desde su posición de pivote. Hay que matizar que Witsel juega en una posición donde no es habitual verlo en su club porque en el Zenit suele jugar como interior o como uno de los medios en el doble pivote.
En las bandas se encuentra el lugar de mayor competencia, ya que hay cinco futbolistas para dos puestos. En la izquierda, lo lógico es que juegue Hazard, de solo 22 años, quién se ha convertido en la última temporada en una de las referencias ofensivas del Chelsea. Jugador de excelsa calidad técnica, desborde en el uno para uno y golpeo a puerta. Está llamado a ser uno de los pilares del Chelsea y la selección belga durante muchos años. En la banda derecha, pueden jugar Mertens, Chadli, De Bruyne o Mirallas . Cuatro jugadores que el año pasado hicieron una temporada destacada y que salvo el último, han cambiado de equipo en el reciente mercado. Son jugadores de corte similar (excepto De Bruyne que como ya he comentado puede alternar la banda y el centro y que merece unas lineas aparte), rápidos, técnicos con desborde y gol. Así que, en función del momento de forma de cada uno, son todos opciones similares. La particularidad es Kevin De Bruyne, la gran perla de la selección por el futuro que se le atisba y por la calidad que ya atesora. De Bruyne cuenta con una conducción rápida y precisa y un excelente golpeo, que le permite incidir en banda pero, a su vez, tiene el poso con el balón, la capacidad de no perderla y el juego combinativo que hace pensar que su influencia irá dirigida cada vez más hacia el centro del campo.
Por último, en la punta de ataque puede jugar Benteke o Lukaku. El primero metió 23 goles la temporada pasada y fue la clave para que el Aston Villa se mantuviera en la Premier. Por su parte, Lukaku consiguió anotar 17 goles en su cesión en el WBA. Son dos jugadores de casi el mismo perfil, altos, con gran potencia y zancada, matadores cerca del área y que saben jugar de espaldas a portería. Actualmente, está en mejor forma Benteke y por ello, es el delantero titular de la selección.
Si llega a las cotas que se le presupone por su calidad individual lo veremos en unos años, pero lo que está realmente claro, es la cantidad de enormes jugadores que ha juntado esta selección belga. En su debe está la juventud e inexperiencia y la falta de cohesión como equipo pero a buen seguro esta generación irrepetible dará muchas alegrías a un país poco acostumbrado a recibirlas por parte del fútbol.