lunes, 3 de febrero de 2014

Duelo de altos vuelos

Choque de trenes en el Etihad Stadium con la hegemonía de la Premier League en juego. Encuentro que enfrentaba a un City mermado por las bajas pero que en casa se había mostrado dominante a lo largo de la temporada, ante un Chelsea que llegaba en plenas condiciones y mejorado recientemente con la incorporación invernal de un gran jugador como es Matic.

El partido empezaba siguiendo el guión esperado. El City dominaba a pesar de las bajas mientras Silva se venía al medio para asociarse en corto con Yaya Toure y Navas y, en menor medida, con un Negredo que fue de más a menos hasta ser substituido sin apenas incidencia en el encuentro. Y así, con un claro dominio del juego, el City llegó muy fácil al área rival y apunto estuvo de decantar el partido a su favor en varias claras oportunidades. Sin embargo, ya en estos primeros compases se dejaba entrever el punto débil que aprovecharía el equipo de Mourinho con una eficacia absoluta. Demichelis se encontraba muy solo en el centro del campo de un Manchester City que jugaba demasiado largo en ataque ya que Kolarov y Zabaleta subían para dar amplitud a un equipo que tocaba por dentro para acabar por fuera y cargaba el área con Negredo y Dzeko, mas Yaya. Así juntaba hasta seis jugadores en las inmediaciones del área blue dejando una salida clara para la contra del Chelsea. Con este planteamiento, una pérdida de balón o una jugada mal acabada eran un riesgo elevado. Como se demostró la mayor parte del encuentro.

El tiempo pasaba y le sentaba mucho mejor al Chelsea que empezaba a cortocircuitar la circulación del City en tres cuartos de campo y a salir a la contra aprovechando los espacios ya mencionados. Hazard empezó a hacerse dueño y señor del partido y, minuto a minuto, el Chelsea inclinaba la balanza a su favor hasta que por puro peso del partido se adelantó en el marcador en una jugada que ponía de manifiesto el problema en el balance defensivo que tenían los de Manuel Pellegrini. A raíz del gol, el Chelsea se creció en el partido y dominó con claridad hasta el descanso. La única pega que se le puede poner al equipo de Jose Mourinho, que estaba siguiendo el plan a la perfección, es que no supo sentenciar el partido. 

El segundo tiempo empezó como si no hubiese habido descanso. Todo seguía igual. Matic era el rey del centro del campo, Ramires, David Luiz y William cogían todas las segundas jugadas y Hazard mostraba una superioridad insultante en cada acción en la que participaba. Tres disparos a la madera envió el Chelsea que tampoco fue capaz en este periodo de sentenciar a un equipo local completamente grogui. 

Y como podría preverse, de repente todo cambió. Típico tópico del fútbol: si perdonas, acabas sufriendo. Quizás se relajó el Chelsea, quizás despertó el City, quizás un bajón físico, de pronto el encuentro se convirtió en un partido de ida y vuelta donde las mejores ocasiones volvieron a ser para un Machester City que basó sus últimas esperanzas en acometidas, con mas corazón que cabeza, a través de un activo Jesús Navas. Lo intentó todo el extremo español pero no fue suficiente.

Ganó el Chelsea de forma merecida. Victoria que demuestra la importancia capital del fichaje de Matic, el jugador Serbio es la pieza que necesitaba el equipo londinense para elevar su nivel un peldaño más. Un mediocentro que da al equipo gran estabilidad defensiva por delante de los centrales, y que ofrece ese primer pase seguro tras robo que permite al equipo superar la presión tras perdida del equipo rival. Matic da consistencia al plan Hazard, y es que todo gira en torno a él. El esquema está diseñado para que Hazard reciba en ventaja con espacio y decida, y mientras el joven belga siga a este nivel, es un plan claramente ganador el de Jose.