domingo, 14 de septiembre de 2014

El deseo de Carlo

Ayer el Atlético volvió ha superar al Real Madrid, nada nuevo bajo el sol. El equipo de Carlo Ancelotti ha vuelto a caer en los mismos errores de siempre, fallos que ya definen su juego y minan su competitividad y su autoestima. Los centros laterales y los balones parados, el gran problema. Ramos-Pepe, centrales de élite en casi todos los aspectos del juego se hacen pequeños cuando el balón llega a banda, pierden la marca con facilidad y reculan para taponar el tiro en vez de achicar para disputar el centro. La defensa de las jugadas a balón parado es una cuestión de fe, de confianza. Cada vez que tienen que defender una las piernas de sus jugadores flaquean, el pulso se dispara y todo sale mal. En los corners, el Madrid acumula un cantidad antinatural de gente en el área pequeña, inhabilitando así la capacidad de su portero para maniobrar en los balones aéreos, quedando éste a expensas de sus reflejos para sacar el probable remate.
Ramos y Pepe sin marca en el segundo gol atlético
Ramos y Pepe sin marca en el segundo gol atlético
Con todo, pese a la dura derrota en el derbi madrileño, el Real Madrid completó un primer tiempo de un nivel altísimo, muy cercano a lo que seguro desea Carlo de su equipo. Durante esos primeros 45' el Madrid maniató al Atlético a partir de la posesión, llegando a asentar repetidamente a diez jugadores en  campo rival. Todo nació de un Cristiano Ronaldo que firmo un primer tiempo antológico desde la posición de media punta. Partiendo de esa posición centrada tuvo total libertad para hacer y deshacer, apareció en ambas bandas, por el centro, en corto y en largo, siempre generando superioridades. Clave fue la diagonal dentro-fuera que le emparejó con Godin en varias ocasiones, ganó en todas al central uruguayo generando numerosas ocasiones. Además, esa posición centrada del genio portugués intimidó a Tiago y Gabi que se cerraban y bajaban mucho para encerrarlo. Ese movimiento del centro del campo atlético liberaba a Modric y Kroos que no dudaron en dar dos pasos adelante para mover al equipo, libres, desde bastante arriba. La primera consecuencia de esta posición liberada -y anormalmente adelantada- de los cerebros blancos era que el Madrid asentaba la posesión en la frontal del Atlético con mucha facilidad. La segunda, y tanto más importante, era que el Atlético no podía salir cuando recuperaba.
Posesión con Pepe y Ramos por delante del circulo central
Posesión con Pepe y Ramos por delante del circulo central
Los rechaces caían a los medios blancos de cara a la portería rival y los despejes largos llegaban a Pepe y Ramos en la linea divisoria. Madzukic y Jimenez perdidos entre ambas parejas blancas eran incapaces de aguantarla para permitir a su equipo salir. Cuando el Atlético se hacía con el control de la pelota, la idea del Madrid era clara, Modric y Kroos apretaban siempre hacia adelante, agresivos, con la idea de robar y consiguiéndolo con bastante facilidad. Un cambio de mentalidad notable acostumbrados a la defensa mas posicional del equipo de Ancelotti. El asedio fue constante, posesión-pérdida-recuperación-posesión, el ciclo se completaba constantemente y la victoria blanca parecía cuestión de tiempo. En el segundo tiempo el Cholo acertó con los cambios dotando de mas posesión a su equipo, el físico abandonó a los merengues, la presión bajó y el Atlético igualó el partido para acabar ganándolo.

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