lunes, 1 de septiembre de 2014

Hay un nuevo Beatle en la ciudad de Liverpool

Partido entre dos equipos llamados a estar peleando en la zona noble de la clasificación como el Tottenham y el Liverpool. Había muchas expectativas además, por ver el debut de Mario Balotelli con los reds y por cómo colocaría al equipo Brendan Rodgers con la llegada del delantero italiano. El Liverpool comenzó formando con un 4-4-2, colocándose los cuatro jugadores del centro del campo en rombo, siendo Sterling la punta de ese rombo, dejando que Balotelli jugase junto a Sturridge en la delantera.

Con este sistema, Rodgers intenta acumular mucha gente por el centro, tener superioridad en esta zona y dejar libres las bandas para sorprender con las incorporaciones de los profundos laterales que posee el equipo. Otro de los aspectos que genera este nuevo sistema es libertad para los atacantes. Libertad para que cualquiera de los delanteros, en este caso Sturridge o Balotelli, se dejen caer a un costado y aprovechen su movilidad para descolocar a la defensa rival. Libertad para que Sterling se mueva a su antojo entre líneas y a través de su verticalidad y rápida conducción vuelva locos a los defensas contrarios. Libertad para que los interiores (como Henderson, Allen o Emre Can) se incorporen arriba y lleguen al área, siendo Gerrard quien mantiene una posición más estática.

Un aspecto en el que deberá tener una especial atención el Liverpool es en la sálida de balón. Cometieron excesivos errores, sobre todo en el primer tiempo, que pudieron hacer variar el rumbo de un partido que estaba totalmente controlado. Si el equipo de Rodgers quiere optar por el campeonato liguero tendrá que mejorar en este aspecto, ya que contra equipos que estén mas acertados de cara a gol (veáse el partido contra el Manchester City de la semana pasada) puede costarle perder unos puntos muy valiosos a final de temporada.


Volviendo al debut de Balotelli. El delantero italiano no tuvo una actuación espléndida pero si dejó algunos detalles que invitan al optimismo. Se le vio sacrificado en defensa (por el bien del Liverpool debería ser su actitud regular), se entendió bien con Sturridge, su juego de espaldas permitió dar salida al equipo en algunos contragolpes y se movió bien cerca del área. Bien es cierto que no estuvo acertado de cara a portería, tuvo varias ocasiones claras de gol y las desaprovechó. Sin embargo, esto no debe ser una preocupación en el futuro cercano, ya que con el paso del tiempo el gol acabará llegando.

En lo que respecta al Tottenham, de momento sigue mostrándose una versión parecida al equipo del año pasado. Sigue teniendo jugadores de mucho talento y técnica pero a los que les falta ese gen competitivo que te permite luchar contra los equipos grandes y disputar los trofeos. Jugadores como Lamela, Eriksen o Chadli siguen siendo muy irregulares y alternan detalles individuales con grandes fases donde apenas intervienen en el juego. Necesitará Pochettino dotar a su equipo de una mayor garra y ambición si quiere luchar por posiciones que permitan acceder a una competición europea. No habrá que perder detalle de cómo es capaz el técnico argentino de moldear a su equipo tras sufrir el primer revés de la temporada.

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