miércoles, 1 de octubre de 2014

Un PSG de chapeau

Visita al Parque de los Príncipes, primer test de entidad para el Barcelona y primera derrota de la temporada. La dificultad del encuentro para el PSG era mayúscula, no sólo por tener que enfrentarse a un Barça que había comenzado muy fuerte la temporada, sino también porque hombres clave como Ibrahimovic, Thiago Silva o Lavezzi no pudiesen jugar el encuentro.


Salió de inicio el equipo francés formando un 4-4-2, con un rombo en el centro del campo donde en la punta delantera se colocaba Pastore, quien se encargaba de que Busquets no participase en la salida de balón del equipo blaugrana. El argentino estuvo muy pendiente de que el medio del Barça no recibiese el balón, tapándole y no dejándole apenas recibir. El trabajo del medio del PSG tuvo sus frutos ya que consiguió que el número de pases de Busquets (intentó 48 pases) fuese netamente inferior a su media esta temporada (81 pases por cada 90 minutos de juego).

En general, el trabajo defensivo de los franceses fue sensacional, decidiendo acertadamente cuando presionar arriba y cuando replegar en su propio campo con las líneas juntas. Esto se vio muy bien reflejado sobre todo en el primer tiempo, donde jugadores de la talla de Busquets, Jordi Alba, Alves o Mathieu cometían pérdidas poco habituales en la salida de balón ante la gran disposición táctica del equipo parisino.

Por otro lado, los jugadores del PSG sumaron a ese gran nivel defensivo un notable acierto cuando eran los poseedores del balón. Liderados en esta faceta por la frialdad y la templanza de Verratti y Motta, el equipo local era capaz de batir líneas con facilidad y conseguía llegar a campo contrario sin apenas oposición. Una vez llegado a campo contrario, la mayoría de balones acababan en el perfil derecho del ataque de los franceses, buscando bien la rapidez y verticalidad de Lucas Moura o bien la superioridad con la incorporación al ataque de Van der Wiel contra un Jordi Alba que se vio sólo ante la falta de ayudas de Iniesta (interior izquierdo) o Neymar (extremo izquierdo).

Solamente en el tramo final del partido, a partir del minuto 75, el PSG se vio superado debido a un bajón físico por el gran desgaste realizado y al cambio de Luis Enrique de poner defensa de tres. Esto provocó que la disposición defensiva no fuese tan precisa, las ayudas no llegaban en su momento y la pérdida de balón era rápida, lo cual no permitía al equipo francés salir de su propio campo, a excepción de un par de contragolpes. 

Finalmente, el PSG se llevó un merecido triunfo gracias a un esfuerzo y un trabajo coral de todo el equipo, superando las adversidades de no poder contar con tres de sus mejores jugadores y superando a un Barcelona que se encomendó a la figura de Messi para que cambiase el rumbo del partido pero el astro argentino estuvo poco arropado por sus compañeros.


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